Las ciudades no solo encuentran representación en sus edificios o en la innovación tecnológica en que se afirma su modernidad, sino también en las características de sus habitantes y en el cómo, desde los gobiernos y la participación ciudadana, se satisfacen las necesidades que experimentan.
De acuerdo con los últimos informes de la ONU, para el año 2050, las ciudades concentrarán el 70% de la población mundial. De esta forma, se estima que para esa fecha, más de 6 mil millones de personas coexistirán en las urbes.
Una Smart City o ciudad 4.0 es aquella que conlleva una planificación estratégica en los aspectos de movilidad, sustentabilidad, economía, población y gobierno para crear un entorno urbano innovador y en armonía con el medio natural.
Por tanto, el objetivo esencial de las ciudades inteligentes es constituirse como espacios que favorezcan al ciudadano en sus diferentes ámbitos de vida y en los que a su vez, él mismo sea el principal agente de cambio.
Frente a desafíos como el aumento en los niveles de contaminación, la falta de recursos económicos y la necesidad de mejorar la gestión del agua y las fuentes de energía, los grandes centros urbanos buscan convertirse en ciudades inteligentes, pero -en vías de esta transformación- conviene reflexionar sobre qué implica alcanzar los óptimos niveles de sustentabilidad y desarrollo económico que se plantean.
En un primer acercamiento, encontraremos que la competitividad y el crecimiento de las ciudades inteligentes dependen de factores como:
Durante el 2012, el ayuntamiento de Oxford destinó un presupuesto de 15 mil libras para repartir contenedores que operan con energía solar y a su vez se puede comunicar vía mail para indicar que está lleno y se realice la recolección selectiva de aquellos contenedores que no tengan más capacidad. Esta renovación en el servicio de basura generó un ahorro de 80 mil libras al año.
La gestión de residuos es tan importante cómo el reciclado en todas las industrias, incluyendo la siderúrgica, en la que existen procesos de reciclaje que permite reutilizar el acero creado en los últimos 150 años aproximadamente.
En el artículo “La importancia del reciclaje de acero y sus beneficios” compartimos los cinco pasos del método de refusión que se emplea en DEACERO y que remarca uno de los pilares en la visión de la empresa con la sustentabilidad. Este esfuerzo representa por cada tonelada que se recicla, el ahorro de aproximadamente una tonelada y media de hierro, un 95% de carbón, 85% de agua y 80% de energía.
Un PMUS o Plan de Movilidad Urbana Sostenible es otra de las acciones que caracterizan a las ciudades inteligentes, abarcando aspectos que van desde incentivar el cuidado del medioambiente en la manera que las personas se desplazan, (caminando, en bicicleta o transporte público), hasta la selección eco amigable del tipo de combustible que se utiliza para la transportación.
En la implementación de estos programas, los conceptos de sustentabilidad y desarrollo están estrechamente vinculados con transportes que sean compatibles con el crecimiento económico, la integración social y la responsabilidad ambiental.
Casos de éxito en este apartado son los sistemas de transportación de Singapur, urbe que lidera el ranking de las ciudades inteligentes al contar con soluciones automatizadas para la gestión de tráfico, que permiten ahorrar cada año a los conductores hasta 60 horas al volante.
Una experiencia similar y gracias a la innovación es la que han tenido los habitantes de Másdar (Dubai), ciudad sostenible que ha dejado de usar coches o Dongtan (cerca de Shanghái), donde solo se utilizarán combustibles renovables y se reciclarán la mayor parte de sus residuos.
En DEACERO trabajamos mano a mano con personas como tú, que están en busca de productos y soluciones innovadoras para contribuir a que cada ciudad en el país desarrolle un modelo de ciudad inteligente. Acércate a nosotros y comencemos a construir las ciudades inteligentes que son el futuro de México.