La industria de la producción del acero es indispensable para la modernización de las ciudades porque el material permite crear infinidad de artículos y productos que mejoran la vida de las personas. Si bien, parece ser que todo el acero es igual, es necesario saber que hay diferentes tipos de acero los cuales cumplen con una función en específico.
De esta manera, la principal discrepancia entre las clases de acero es el grado de este elemento en la mezcla de su fabricación, pues el acero es una aleación de carbono y hierro, con menos del 2% de carbono, 1% de manganeso, pequeñas cantidades de azufre, silicio, oxígeno y fósforo. De estas porciones depende el grado del acero, aunque hay una variedad de 3,500 grados con propiedades químicas, físicas y ambientales distintas.
Actualmente, la producción total del acero ha llegado a un gran nivel pues, tan solo en 2018, se fabricaron 1,808.6 millones de toneladas. Además, con las nuevas metodologías, es posible tener autos hasta un 35% más ligeros en comparación con los antiguos. Por esa razón, el acero se ha vuelto vital para la vida moderna.
En los últimos 20 años, el acero ha mantenido diversos cambios que lo han hecho más ligero, resistente, durable y maleable para funcionar mejor en la creación de productos. Sin embargo, se ha marcado una tendencia en la producción donde solo hay dos caminos: alto horno (horno de oxígeno básico o BF-BOF) y horno por medio de un arco eléctrico (EAF).
El método clásico y comprobado es la producción de acero con alto horno. Esta ruta se utiliza por un 75% de las acereras, manteniendo la mezcla original de mineral de hierro, carbón y acero reciclado. Para crear el acero, se reduce el mineral de hierro que después debe fundirse y moldearse según las necesidades donde va a utilizarse.
La evolución en la producción del acero ha llevado a utilizar procesos más sencillos como la ruta del horno de arco eléctrico. El camino para su fabricación integra la fundición de acero reciclado y electricidad, además de aditivos como aleaciones de hierro para obtener las propiedades físicas deseadas.
Al igual que el método al alto horno, la producción de acero EAF tiene las mismas etapas y puede complementarse la fundición con oxígeno inyectado, pero, por la poca disponibilidad del material reciclado para llevar a cabo este proceso, este tipo de acero se produce en un 25% en las acereras.
Independientemente de las diferencias entre las rutas, es importante mencionar que el uso del acero reciclado está ayudando a reducir la contaminación ambiental y su impacto en el planeta, dando como resultado un proceso más sustentable, sin perder las propiedades de resistencia, durabilidad y calidad en el acero.
Principalmente, utilizar el acero reciclado es una forma responsable de aprovecharlo para la construcción de casas, edificios o autos, reduciendo el uso de energía hasta en un 60% en comparación con 1960. Asimismo, las emisiones de polvo en construcciones con acero se han reducido considerablemente, por lo cual la contaminación del ambiente es casi nula.
El ahorro de recursos es otro de los beneficios pues, con material reciclado, es posible mantener una economía circular (la cual puede reducir hasta el 99% las emisiones de gases de efecto invernadero) en la industria del acero.
Definitivamente, es posible obtener acero resistente, durable, ahorrando energía y recursos económicos con el uso de acero reciclado de DEACERO, ya que esta empresa mediante su firme compromiso con un crecimiento sustentable, brinda productos 100% reciclados y en pro del medio ambiente.