Las corrosiones y oxidaciones de los metales representan desafíos recurrentes en áreas costeras, industrias y sectores náuticos, causando deterioro en estructuras metálicas y comprometiendo la seguridad laboral.
A pesar de que ambos fenómenos afectan las superficies metálicas, es esencial saber la diferencia entre corrosión y oxidación debido a sus distintas causas y efectos.
A continuación, podrás conocer los tipos de corrosión que existen, las características que las distinguen y algunos ejemplos claros para una identificación precisa. Asimismo, exploraremos diversas estrategias de protección contra estos problemas en el acero.
Diferencias entre oxidaciones y corrosiones
1. Oxidación
La oxidación se produce cuando un metal entra en contacto con el oxígeno, generando óxidos complejos y una capa de manchas marrones conocida como óxido. Este proceso afecta superficialmente al metal y puede eliminarse fácilmente mediante pulido o lijado, sin causar daños significativos. Ejemplos de oxidación incluyen las vallas de muelles, áreas no pintadas en artículos metálicos, y objetos antiguos y sin uso.
Es crucial tener en cuenta que la oxidación precede a la corrosión. Si no se protegen adecuadamente los metales o no se abordan a tiempo los daños superficiales, pueden surgir problemas más graves.
2. Corrosión
En este punto, es crucial distinguir entre los siguientes tipos de corrosión:
-
Reacción química: de tipo óxido-reducción, se manifiesta cuando interactúan la pieza de acero, el ambiente y el agua.
-
Reacción electroquímica: ocurre cuando hay una conexión física o eléctrica entre metales distintos. En este caso, cuanto mayor sea el área de contacto, más rápida será la acción corrosiva.
-
Por fisuras: surge en áreas estrechas y pequeñas con baja concentración de oxígeno y exposición a elementos corrosivos.
-
Por picaduras: un ejemplo común es la corrosión en automóviles que han sufrido impactos sin reparar. La acumulación de óxido en la picadura y un aumento en el pH del entorno conducen a la corrosión de la superficie dañada.
En términos simples, la corrosión se produce cuando hay un deterioro en el cuerpo del material metálico. A diferencia de la oxidación, la corrosión no puede repararse mediante pulido, lijado o esmerilado, ya que deja pequeñas cavidades, grietas o deformaciones, convirtiéndola en un fenómeno más peligroso para la integridad de los materiales.
Es importante recalcar que la oxidación es el proceso mediante el cual el oxígeno, generalmente presente en el ambiente como aire o agua, ataca a un material, mientras que la corrosión es el resultado de dicho proceso, es decir, el deterioro subsiguiente.
¿Qué material es resistente a la corrosión y oxidación?
Para prevenir y evitar daños por corrosión u oxidación, es esencial que los metales pasen por procesos que recubran y protejan su superficie. Como empresa líder en el área, DEACERO ha desarrollado una solución innovadora para abordar este desafío: el galvanizado XTREME.
Este recubrimiento reforzado, ofrece una protección superior al galvanizado tradicional, siendo hasta 7.5 veces más resistente a la oxidación. Gracias a su combinación de protección galvanizada y defensiva, XTREME elimina eficazmente el riesgo de oxidación y, por ende, de corrosión en los metales. Si te preguntas cómo prevenir la corrosión de cercos en zonas costeras, nuestro recubrimiento reforzado se presenta como la solución ideal.
DEACERO emplea este tipo de recubrimiento para salvaguardar sus productos contra factores adversos como el clima, la humedad y agentes corrosivos, proporcionando una calidad de primera en la industria de la construcción.
Si buscas evitar el desgaste y los costosos mantenimientos en tus proyectos de construcción, es importante elegir un proveedor experimentado como DEACERO y optar por materiales que aseguren el mejor y más duradero rendimiento.
Contáctanos ahora para garantizar durabilidad y calidad en cada uno de tus proyectos.
