Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), hace ocho mil años comenzó el proceso de domesticación de las aves de crianza, convirtiéndolas en un elemento esencial de la producción de alimentos. México, por su parte, se destaca como el décimo primer productor mundial de alimentos, especialmente en la producción de pollo.
Veracruz, Aguascalientes, Querétaro, Durango, Coahuila y Jalisco son los principales estados productores de aves en el país, según la Unión Nacional de Avicultores (UNA). Sin embargo, para alcanzar su máximo potencial, las aves requieren de un entorno adecuado que combine temperatura, humedad, ventilación y alimentación, por ello, la importancia de contar con una malla de acero hexagonal para cerco.
En este artículo, te invitamos a descubrir cómo construir un gallinero con materiales sustentables, creando un espacio óptimo para tus aves. No solo protegerás su bienestar y aumentarás la productividad, sino que también contribuirás al cuidado del medio ambiente.
¿Cómo se producen las aves?
A gran escala
Este sistema se caracteriza por su enfoque en la producción en masa y su estructura vertical, lo que significa que abarca la reproducción, la incubación y las instalaciones de procesamiento para la explotación comercial en dimensiones amplias. Es fundamental tener en cuenta que en México, la mayoría de la producción avícola se lleva a cabo en esta escala masiva, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
A mediana escala
A diferencia del modelo vertical, este se lleva a cabo en alojamientos comerciales a mediana escala de ponedoras y pollos para carne. Aquí, las gallinas se alojan en jaulas de alambre o mallas de acero hexagonales comerciales sobre naves abiertas o con recintos de alambre para aislarlos de mejor forma.
A pequeña escala y autóctonos
Este tipo de crianza se realiza al aire libre, con un grupo de 50 a 100 aves de corral. Estas instalaciones suelen construirse con diversos materiales, como madera, ladrillos de adobe, bambú o incluso de manera más rudimentaria, utilizando ramas de árboles y hojas silvestres.
Además, las gallinas no tienen un espacio fijo en algunos casos, y su desarrollo como ponedoras depende del clima específico de cada región.
3 mejores prácticas para el alojamiento
1. Iluminación
Entregar la iluminación adecuada dependiendo de las semanas de vida del pollito es fundamental. Sin embargo, esta puede variar dependiendo del tipo de explotación comercial, empresa, zona geográfica y de las estaciones del año.
2. Manejo de los bebederos
Sea cual sea el tipo de producción, la FAO sugiere colocar los bebederos lejos de fuentes de calor o de los efectos de los rayos del sol. Además, se considera que los mejores son los que permiten la circulación y refrigeración del agua.
3. Alojamientos mejor adaptados
De acuerdo con la SAGARPA, algunos de los factores ambientales más importantes para controlar en los alojamientos de gallinas de postura, son: ventilación, temperatura, humedad y densidad.
En este último caso, se recomienda que en casetas de producción las jaulas cuenten con una densidad de 450 cm2 / gallina (3 gallinas por jaula). Asimismo, es recomendable usar materiales de fácil limpieza para evitar la acumulación de heces secas, plumas u otros elementos en el que se generen bacterias, por ejemplo, alambres o mallas de acero.
La mejora en estas prácticas impulsan el crecimiento y productividad de todo productor, es así, que la UNA estima que para el cierre de 2020, la producción avícola nacional crecerá un 3% en comparación al 2019, con esta información se pueden tomar mejores decisiones y priorizar el uso de corrales hechos con materiales durables que sean útiles y rentables por mayor tiempo.
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